martes, 4 de diciembre de 2012


Marco contextual
En esta investigación se estará abordando el tema de los primeros auxilios así como la protección civil, se pretende conocer el nivel de conocimiento que tienen sobre los temas mencionados anteriormente y el impacto en situaciones de urgencia, es importante mencionar que la educación para la salud es fundamental desde edades muy pequeñas.
Es por eso que en un reporte dado por  la OCDE menciono que los gobiernos debería invertir más dinero en los niños durante sus primeros seis años de vida para reducir la desigualdad social y apoyar a los niños, especialmente a los más vulnerables a tener  una vida exitosa y feliz, esto acorde con el primer estudio en su tipo sobre el bienestar infantil en los 30 países miembros de la OCDE.
Haciendo lo mejor para los niños muestra que el promedio del gasto público de los países de la OCDE en los niños de hasta 6 años representa sólo una cuarta parte del gasto dedicado a la niñez. Pero un mejor balance del gasto entre los niños que están en la edad de "Dora la Exploradora" y los adolescentes del "Facebook" ayudaría a mejorar la salud, la educación y el bienestar de todos los niños a largo plazo, dice el reporte.
"La crisis ha puesto presión sobre los presupuestos públicos en todo el mundo. Pero ahorros de corto plazo en la educación y la salud de los niños tendrá mayores costos a largo plazo para la sociedad" dijo el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría. "Los gobiernos deberían aprovechar esta oportunidad para obtener mejores resultados de sus inversiones en los niños. Gastar en la primera infancia, sobre todo cuando las bases para su futuro se fundamentan, es clave especialmente para los niños con desventajas y puede ayudar a romper el círculo familiar de la pobreza y la exclusión social".
Haciendo lo mejor para los niños compara el gasto público y las políticas para la infancia con indicadores clave del bienestar infantil en los países de la OCDE. Estos incluyen educación, salud, vivienda, ingresos familiares y la exclusión social.
Los países que gastan relativamente más en sus niños más pequeños son Finlandia, Francia, Hungría, Islandía y Noruega. En contraste, Irlanda, Japón, los Países Bajos, Nueva Zelanda y los Estados Unidos gastan relativamente poco en sus niños más pequeños.
Estados Unidos, por ejemplo, gasta $20,000 dólares de un niño de hasta 6 años, comparado con los $30,000 dólares en promedio de la OCDE. Sin embargo, el gasto público total en los niños en los Estados Unidos ($140,000 dólares) es mayor que el promedio de la OCDE ($125,000). Pero, a  pesar de este gasto mayor, los niños de los Estados Unidos tienen un desempeño inferior en educación y salud que niños de otros países.
Proveer más beneficios en efectivo en los años preescolares, fortalecer los servicios pre y post natales, así como la educación preescolar, especialmente en los niños de familias en desventaja, puede mejorar el bienestar de todos los niños. Apoyar la lactancia materna y enseñar a los padres las ventajas de una dieta saludable, así como los riesgos del tabaquismo, pueden también ser de ayuda.
Los diseñadores de políticas debería considerar ofrecer incentivos financieros, tales como pago en efectivo o vales de alimentos a las mujeres con embarazo de alto riesgo para fortalecer el uso de los servicios prenatales, tal y como lo hacen algunos países. Por ejemplo, el bono por nacimiento en Hungría, sólo es pagado a las madres que asisten a por lo menos cuatro consultas prenatales.
La mayoría de los países de la OCDE concentran el gasto infantil en la educación obligatoria. Pero comúnmente los sistemas educativos no están diseñados para atender los problemas de los niños en desventaja. La mayoría de estos recursos deberían gastarse en ayudar a los niños menos favorecidos dentro de las escuelas, a través de mentores y programas extra escolares, para mejorar el comportamiento y la asistencia escolar.
A lo largo de la historia se han realizado investigaciones sobre la educación para la salud  y como en este caso se aborda el caso de la prevención de accidentes se a continuación voy a presentar algunas de ellas.
En un artículo publicado en la revista Eroski Consumer habla sobre los accidentes infantiles y menciona que  cada año, miles de niños sufren accidentes de diversa gravedad. En España, la tasa de mortalidad por accidentes infantiles ha descendido de una manera notable, más de un 50%, en las últimas décadas. En la Unión Europea los accidentes domésticos o en la vía pública (en especial, en las áreas de juego) son la primera causa de muerte infantil a partir de un año de edad. Al año mueren 15.000 niños debido a lesiones prevenibles como consecuencia de este tipo de incidentes. Por ello, los adultos deben aplicar las medidas de prevención necesarias en cada etapa de crecimiento.
En los países desarrollados, donde han disminuido los índices de mortalidad infantil, los accidentes son un importante problema de salud. Los datos así lo confirman: la Unión Europea cifra en unos 20 millones a los niños y jóvenes que son víctimas de accidentes cada año, lo que se traduce en 15.000 fallecimientos y 30.000 discapacidades.
Esto significa que mueren más niños por lesiones que por la suma de todas las demás enfermedades infantiles. Los accidentes tienen lugar, sobre todo, en casa o en la vía pública. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) manifiesta que la prevención es la clave para evitar esta alta tasa de morbimortalidad.
En este mismo artículo La Convención de las Naciones Unidas para los Derechos de la Infancia subraya la responsabilidad social de proteger a los niños y promover los servicios y ayuda necesarios para ellos. Esto incluye las lesiones por accidente. Los niños en edad preescolar (hasta los seis años) son los miembros más vulnerables de la sociedad. En esta etapa hay diferencias sustanciales en relación al desarrollo psicomotor del niño.
Entre el primer año de vida y los tres, el niño desarrolla el movimiento, la curiosidad y los hábitos.
Aquí se incrementan los accidentes por intoxicación de medicamentos, productos de limpieza y pinturas, entre otros. Los medicamentos más habituales son los antitérmicos (paracetamol e ibuprofeno), mucolíticos o jarabes para la tos, muy utilizados en estas edades y con relativo buen sabor. Los especialistas están de acuerdo en que muchas intoxicaciones de este tipo -ampliables a todos los grupos de edad- se evitarían si no se guardaran productos tóxicos en envases de productos para el consumo.
Antes de los seis años, es importante enseñarle las normas básicas de seguridad vial y la manera de cruzar la calle de forma segura. "Los accidentes de tráfico son otro grupo de accidentes infantiles y desde atención primaria se incide en la prevención con la utilización de los dispositivos de seguridad de los coches, con consejos sobre seguridad vial a los progenitores", resalta Soriano.
Por otra parte menciona que desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) aseguran que, aunque las posibilidades de sufrir un accidente son muchas, los padres o los cuidadores de los más pequeños deben centrarse en unos puntos específicos para hacer de su hogar un entorno lo más seguro posible. Para estos especialistas, es fundamental centrarse en dos aspectos:
  1. En los dispositivos de seguridad, como la limitación del agua doméstica, las alarmas contra incendios, las vallas en escaleras y piscinas o los tapones para los enchufes.
  2. En controlar los productos tóxicos y los medicamentos (es imprescindible tener a mano el número de teléfono del Centro de Toxicología: 91.562.04.20), los objetos punzantes y cortantes, los objetos susceptibles de atragantamiento, los líquidos calientes y los andadores.
Por otra parte en una revista cubana de medicina integral mencionan que loa accidentes infantiles ya son considerados un problema de salud actual, también dice que con el avance de la ciencia y la técnica en este siglo XX, el control, y en algunos casos, la desaparición de múltiples enfermedades que en otros tiempos constituyeron un azote de la humanidad, la mortalidad debía disminuir ostensiblemente para los hombres; sin embargo, una "enfermedad" de poca importancia anterior, se ha convertido en el nuevo azote de la población mundial; nos referimos a los accidentes.
Hoy en día los accidentes son considerados como una epidemia que alcanza al mundo entero y la han llamado "la epidemia del siglo XX".La OMS define un accidente como un "acontecimiento fortuito, generalmente desgraciado o dañino, independientemente de la voluntad humana, provocado por una fuerza exterior que actúa rápidamente y que se manifiesta por la aparición de lesiones orgánicas o trastornos mentales"; aunque en realidad el concepto de accidente es científicamente impreciso, lo que no es difícil de entender, sí conocemos la multiplicidad de causas, circunstancias y efectos que envuelven la ocurrencia de un accidente.
En 1966, la Asamblea Mundial de la Salud, celebrada en Ginebra, consideró los accidentes como un problema de salud, e instó a los países miembros de la OMS, mediante una resolución que se acordó, a tomar medidas en relación con su prevención.4
Para que se tenga una idea de la magnitud internacional del problema, podemos expresar que en los últimos años la literatura médica y las publicaciones de la OMS, han puesto de manifiesto que esta constituye la primera causa de muerte en las edades comprendidas entre 1 y 14 años.
En 20 países de América Latina y del Caribe, los accidentes figuran entre las 5 causas principales de defunción en los niños de 1 a 14 años. En Cuba, las estadísticas anuales del Ministerio de Salud Pública desde 1970 a 1991, reportan los accidentes, como la primera causa de muerte entre las edades de 1 a 49 años.
Además de la alta mortalidad y morbilidad que causan es necesario tener en cuenta el sufrimiento moral y las pérdidas económicas que no sólo derivan del propio accidente, sino de los costos de atención médica, los días laborales y escolares perdidos por el paciente y sus familiares, las erogaciones por el pago de subsidios, etcétera, que constituyen en su conjunto un serio problema no sólo de salud, sino también económico y social.
En un país como el nuestro, en el que las enfermedades diarreicas e infecciosas han dejado de ser un problema de salud en la infancia y el hecho de que los accidentes ocupen actualmente y desde hace varios años, la primera causa de muerte de 1 a 14 años, nos lleva a reflexionar sobre este asunto, si tomamos en cuenta que en Inglaterra, país de un alto desarrollo económico e industrial, las estadísticas señalan que más de la mitad de los niños que nacen, resultarán heridos en un accidente en algún momento de su vida y uno de cada 50, morirá en un accidente de tránsito; esto nos resulta como una alerta a lo que está ocurriendo en Cuba en los últimos años.
Sin embargo, tenemos en estos momentos, con el plan del médico de la familia y la especialidad de Medicina General Integral, unas posibilidades incalculables en la prevención de los accidentes en niños, aunque para esto son necesarios algunos conocimientos previos.
Es indispensable conocer y tener siempre en mente, que el mayor riesgo de morir de un niño sano, es el accidente. El niño nace totalmente ignorante de lo que es o no peligroso para su integración corporal y esto es algo que los adultos olvidan frecuentemente, que el niño está en el hogar, en un medio concebido para adultos y, en la medida que va creciendo y desarrollando sus capacidades y habilidades, aumenta también su curiosidad, su deseo de saberlo todo, y es en esta etapa y en este medio, donde el niño aprende mediante prueba y error, lo que es perjudicial o no, se encuentran con sartenes mal colocadas, sustancias tóxicas dejadas a su alcance muchas veces en envases a los que el niño está acostumbrado a usar (por ejemplo: botellas de refrescos), balcones sin protección, etcétera y es entonces cuando ocurre el accidente.
Otros datos que se deben conocer, es que la proporción de varones que sufren accidentes es muy superior a la de las niñas; sobre el lugar de ocurrencia, antes de los 8 años de edad, ocurre principalmente en el hogar, pero a partir de esa edad, la mayoría ocurren en áreas fuera del hogar; el niño hiperkinético sufre accidentes con mayor frecuencia;22-24 las caídas ocupan el primer lugar en cuanto al tipo de accidentes, le siguen las heridas y las quemaduras;25-27 los que residen en áreas urbanas, se accidentan en mayor proporción que los del área rural; la mayor frecuencia de accidentes ha sido atribuida a la falta de vigilancia, la falta de autoridad (el niño infringe las prohibiciones de los padres) y la ausencia de orden doméstico.
La promoción de salud y la prevención de las enfermedades, son unas de las labores claves, tanto para el médico de la familia, como para los médicos comunitarios (de sectores). El equipo de salud (médico-enfermera), debe tomar el trabajo de la prevención de accidentes en los niños, como un frente más (y de mucha importancia) dentro de su labor preventiva. Normalmente encontramos que en las visitas a los hogares se hace mucha labor de promoción de salud y prevención de las enfermedades crónicas y del cuidado higiénico-sanitario de los lactantes y niños mayores, sin embargo, se olvidan totalmente de hacer énfasis en la prevención de los accidentes.
Durante las visitas, deben observar se atentamente las condiciones del hogar, si hay balcones sin la debida protección, ventanas sin barrotes por los que el niño pueda caer al encaramarse en un mueble, insistir en que el niño no debe entrar a la cocina, ni se deben dejar manteles u otros similares colgando, de forma que el niño pequeño pueda "halar" y caigan así objetos sobre él (en ocasiones hasta líquidos hirvientes); tampoco se deben dejar al alcance de los niños objetos cortantes (cuchillos, tijeras, etcétera) y por supuesto, armas de fuego; también debe insistirse en el peligro de los líquidos tóxicos, que frecuentemente se almacenan en algún rincón, y peor aún, en botellas de refrescos u otras, conocidas por los chicos; también los medicamentos deben estar bien guardados; hay que llamar la atención sobre los recipientes grandes donde se acumula agua (bañaderas, tanques, etcétera), que siempre constituyen un peligro potencial de ahogo; en los patios y jardines, hay que tener especial cuidado con las cisternas y objetos con los que pueda tropezar, caerse o golpearse; también en las casas con escaleras debe limitarse el acceso a ellas del niño solo, principalmente cuando son pequeños.
En la calle es un peligro potencial el juego en las vías públicas de tránsito, debe advertirse a los padres y niños mayores del riesgo de accidente que esto implica, y deben recomendarse los parques y otros lugares adecuados; a los menores de 9 años no se les recomienda dejar jugar en la calle y menos solos, pues aún su comportamiento con el tráfico es imprevisible; a los mayorcitos se les debe entrenar en cómo cruzar las calles y advertirles de otros peligros como son subirse en los árboles, muros y cercas, lanzarse piedras, palos u objetos cortantes, jugar en alturas, azoteas, no tocar ningún cable eléctrico que vean caído, etcétera.
No sólo en consulta y en visitas al hogar se debe hacer este trabajo preventivo, también en charlas educativas, en las dinámicas de grupo, en las reuniones en los círculos de embarazadas, de lactantes, de niños y de adolescentes, así como utilizar carteles, afiches, murales y todos los medios de propaganda que estén a su alcance, relacionados con este problema.
Esta es una batalla que se debe enfrentar por los médicos y enfermeras de la atención primaria y, seguro se ganará si se interioriza la importancia del problema y se educa a la población con respecto a éste.
En el artículo presentado anteriormente y como ya lo hemos comentado en esta investigación la educación para la prevención es de gran ayuda siempre hay que estar mencionando a los pequeños el daño que les pueden ocasionar las cosas independientemente de que nosotros como adultos lo veamos como algo “normal” siempre es importante recordarles a ellos ya que su mente está sumamente deseosa de aprender cosas nuevas.
La educación para la salud, es de gran ayuda ya que nos permite prevenir una infinidad de acontecimientos que en algunos momentos no contamos con los fundamentos necesarios para enfrentarlos o bien combatirlos.
En un artículo publicado en una revista chilena mencionan que Los traumatismos derivados de accidentes y violencias continúan representando en Chile, y en muchos otros países latinoamericanos, la principal causa de muerte entre los niños mayores de un año, circunstancia que por lo demás se extiende hasta la edad adulta (46 años). Se estima que por cada muerte por trauma, se provocan 18 ingresos hospitalarios y alrededor de 200 consultas a los servicios de urgencia.
Aunque el total de niños lesionados en nuestro país ha disminuido globalmente, su relevancia como problema de salud pública persiste y sus consecuencias continúan siendo de la mayor trascendencia por su magnitud e impacto en cuanto a sufrimiento humano, a los notables costos sociales y económicos para la familia, el estado y las organizaciones de salud privadas, así como a las discapacidades físicas y psíquicas que afectarán a la víctima y su entorno.
La prevención de los accidentes es un tarea fundamentalmente educativa y formativa, en la que necesariamente se considerarán además, la utilización de recursos de ingeniería, diseño y tecnología, de seguridad ambiental, control y vigilancia, formulaciones legislativas y judiciales, que permitan proponer y obtener los cambios de conductas en las personas, anticipar e identificar las situaciones o acciones de riesgo, reconocer los ambientes peligrosos, procurando la protección de niños que por su edad o condición, no sean capaces de reconocer los riesgos para su salud e integridad.
En este contexto, los profesionales de la salud, así como las sociedades que los agrupan, adquieren un rol principal en la tarea preventiva, en cuanto a considerar como significativa, su opinión técnica y el consejo educativo y normativo que logren difundir.
Como es reconocido, los daños provocados por accidentes deberán ser entendidos, como cualquier otra enfermedad, ya que posee un huésped (víctimao sujeto enfermo o lesionado), un agente que lo origina, interactuando con el ambiente, triada que define las condiciones o circunstancias, que hacen factible la lesión o injuria. Conceptualmente entonces será posible considerar intervenciones que podrán evitar o modificar el pre evento, el evento mismo y lo que sucederá posteriormente, y la acción que se realice, se hará sobre el agente causal, el huésped y la condición o circunstancia ambiental; el éxito de la intervención será mayor, cuando todas estas etapas son consideradas en su conjunto.
El enfoque actual del control de estas lesiones ha modificado el criterio de que los accidentes son esencialmente, eventos o circunstancias aleatorias ("mala suerte"), que no se pueden predecir y no son prevenibles, cambiando al concepto de que la mayoría de ellos, son evitables, de alguna manera predecibles y ocurren en situaciones o ambientes de riesgo, identificadas y potencialmente controlables.
Las intervenciones disponibles al respecto, se incluyen en tres grandes grupos:
·         Promover cambios por medio de la educación, persuasión, o protección (en el caso de los niños menores).
·         Impulsar las modificaciones en los ambientes de riesgo y estimular las modificaciones de las estructuras e ingeniería involucradas.
·         Disponer las leyes que refuercen las medidas preventivas, disminuyendo los riesgos, sobre el huésped o vigilando que leyes o reglamentos sean cumplidos y/o los infractores sancionados, según corresponda.
Cabe recordar la trascendencia que ha tenido la obligatoriedad del uso del cinturón de seguridad para ocupantes de vehículos en Chile, y el impacto que ello ha implicado respecto al significativo aumento de su uso, y la consiguiente disminución de lesiones graves. Agregar el uso de sillas apropiadas en diseño y colocación, para niños pequeños en vehículos que los transportan, en EUA ha incidido en una disminución estimada de la letalidad en 69% entre los lactantes y de 47% en los niños mayores.
Los antecedentes de experiencias acumuladas, no obstante, permiten colegir que rara vez los cambios de conductas a través de la educación o persuasión son completamente exitosos, y las intervenciones deben necesariamente incluir todos los factores involucrados.
A mayor abundamiento, aquellos programas que han demostrado mayor eficacia, destacan enfatizar no sólo el riesgo o daño que pueden provocar determinadas conductas, sino que además las fortalezas y debilidades de los comportamientos alternativos, que incluyan por ejemplo incentivos en descuentos en el monto de los seguros para aquellos conductores no "acciden-tógenos", o que utilicen vehículos con aditamentos estructurales de seguridad, y multas o penas severas para los que conducen bajo los efectos de alcohol, drogas y/o contraviniendo gravemente las leyes del tránsito o utilizando vehículos en precarias condiciones.
En el caso de Hermosillo, me encontré con una tesis que me a sido de gran ayuda para mi investigación esta despliega un análisis de los diferentes factores de relevancia para demostrar que la educación física ocupa un valioso lugar dentro del desarrollo integral de los alumnos universitarios, así como la importancia de comenzar a fortalecer la educación para la salud desde el comienzo de los estudios.
También habla de cómo se pueden utilizar diferentes medios para crear una mayor divulgación de información en prevención de enfermedades y preservación de la salud, fomento de la calidad de vida y el conocimiento general que contribuya con una salud responsable

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